descubre los últimos avances científic0s...
Paula Lázaro. Un grupo de misioneras españolas liderado por la hermana Julia Aguiar lucha contra este y otros males que entran cada día en su pequeño hospital.
La úlcera de Buruli es una especie de lepra que transmite una bacteria llamada Mycobacterium ulcerans. En Benín esta extraña enfermedad que se transmite sobre todo a través del agua es endémica y marca de por vida a quienes la padecen. Fue bautizada así en los años sesenta por los casos detectados en Buruli (Uganda), pero también es endémica en Costa de Marfil, Ghana, Camerún y Togo. En acción La hermana Julia operando en el hospital de Gbemontin, con el que colabora la ONG Anesvad. En él conviven víctimas de la úlcera de Buruli y quemados. La úlcera se puede tratar con antibióticos si se detecta en su estado inicial. Pero como es indolora al principio, no se diagnostica. Su infección destruye luego la piel y los tejidos blandos causando úlceras, generalmente en brazos y piernas. Acaba devorando tendones y huesos. Intervención para regenerar la piel Intervención para regenerar tejido en una úlcera de Buruli. Julia Aguiar aplica una técnica de regeneración de la piel, extraída de otra parte del cuerpo, que no requiere electricidad, lo que es muy importante en los hospitales rurales africanos, donde no siempre hay luz
1 Comentario
Claudia Barba. Históricamente, en la ciencia nunca ha habido hueco para las mujeres; no se las consideraba capacitadas para desempeñar trabajos que estuvieran relacionados con este área.
Recientemente, un artículo afirmaba algo así: ‘’Por término medio, los hombres realizan mejor que las mujeres determinadas tareas espaciales. Son mejores que ellas en las pruebas de razonamiento matemático’’ Y también: ‘’Las mujeres tienden a superar a los hombres en velocidad perceptiva, cuando se trata de identificar rápidamente objetos emparejados. Poseen mayor fluidez verbal. Les ganan también en cálculo aritmético y en recordar los detalles singulares de una ruta. Además, son más rápidas en ciertas tareas manuales de precisión.’’ Aun dudando de la certeza de tales afirmaciones, supongamos que son correctas: ¿sirven para entender la disposición de hombres y mujeres respecto a la actividad científica? No. Se sabe que los procesos de construcción y creatividad científica no responden a ningún patrón. Al repasar la historia de la ciencia y notar la ausencia de grandes figuras femeninas en ella, podemos pensar que de verdad existe una predisposición genética que de verdad hace que las mujeres sean menos adecuadas biológicamente hablando para ello; pero la realidad no es así: la causa es la marginación que casi hasta comienzos del siglo XX sufrieron las mujeres en lo que se refiere al acceso a la educación superior. Por ejemplo, en Inglaterra, hasta mediados del XIX no comenzó a considerarse seriamente la cuestión del acceso de las mujeres a la educación secundaria, ya no universitaria. Fue entonces cuando se fundaron colegios dedicados expresamente a la educación secundaria de mujeres. Después de la educación secundaria, obtener un título universitario era realmente difícil, principalmente porque ni siquiera la universidad creía capacitadas a las mujeres como para ser admitidas a candidatas de los títulos que otorgaban, tal y como informó la universidad de Londres a Jessie Meriton cuando esta última se dirigió a la institución para preguntar si podía ser candidata para un Diploma en Medicina, todo esto en 1856 Hubo que esperar hasta 1878 para que el University College de Londres se conviertiera en el primer centro universitario co-educacional de la nación, aunque no de manera completa, pues la Facultad de Medicina se negó a admitir mujeres hasta 1917 En Francia, aunque no estaban excluidas ni de la educación superior ni de las profesiones – con la excepción de la abogacía, vetada hasta 1899- era difícil que fueran admitidas en la universidad. Hasta 1905, la forma para acceder a una carrera era obtener un permiso especial y exclusivo concedido por el Ministerio de Instrucción Pública. Y por último, en nuestro país, la situación era un tanto curiosa ya que, ante la ausencia de mujeres en las aulas universitarias y que parecía que estas no tenían ninguna intención de adentrarse en ellas, la legislación no contemplaba la posibilidad o prohibición de admisión. Fue en 1888, cuando ya 10 mujeres habían cursado estudios universitarios, el momento en que se estableció la obligatoriedad de pedir un permiso para poder matricularse oficialmente. Para poder hacerlo de forma libre, sin tener que consultar a la autoridad, hubo que esperar hasta 1910. Y aún así las tareas de investigación estaban vetadas para ellas… Como dato último, en España la primera catedrática universitaria fue Emilia Pardo Bazán, y lo fue con el voto en contra del claustro de la Universidad Central de Madrid. Y esto en 1916, ¡tan sólo hace 100 años!
GAFAS A UN DÓLAR.
Los niños no pueden estudiar ni los adultos trabajar, lo que a su vez les impide alimentar a sus familias.´´ El inventor de las ``Gafas a un dólar´´ es el alemán Martin Aufmuth, de 41 años, profesor de Matemáticas y Física que desde pequeño soñaba con ser inventor. Según la Organización Mundial de la Salud, 150 millones de personas necesitan gafas, pero no pueden permitírselo. Estos reciben unas que se adaptan algo a su problema. Así que, Aufmuth decidió buscar una solución investigando y consultando con los oftalmólogos que colaboran enviando gafas viejas a África. Finalmente en 2013 consiguió construir la fábrica de gafas más pequeña del mundo, una caja de madera de 30 centímetros, después de estar entre 2009 y 2012 experimentando con innumerables materiales. Esta máquina es capaz de moldear un alambre de acero para construir una montura sólida y flexible que, en caso de estropearse, lo puede arreglar uno mismo. También con sus monturas usa unas lentes sintéticas irrompibles y resistentes a los arañazos; para montarlas no hace falta ni electricidad, ni tornillos, ni fresadoras. La organización fundada por el alemán en 2012, recoge donativos para proporcionar material a los técnicos, graduar la vista a los pacientes y fabricar las gafas, y ya está en más de ocho países de América Latina y África. La iniciativa ‘Gafas a un dólar’ ha recibido el premio `Empowering people´ de la empresa Siemens, que reconoce la labor de aquellos avances en los que la aplicación de tecnología básica es capaz de beneficiar a un gran número de personas.
Un estudio demostró que el color azul es el color favorito de las personas con algún tipo de problema mental
Un día un psiquiatra del New York State Psychiatric Institute and Hospital tuvo la idea de comprobar qué color era el que elegían personas con algún tipo de problema mental en su clínica, y así poder hacerle más amena la estancia allí modificando los colores de los objetos que los rodeaban así como ropa de enfermeras, armarios, sábanas…y llegó a la conclusión de que el color favorito entre los enfermos era el azul. El color azul tradicionalmente está asociado con la tranquilidad, inmensidad, generosidad, eternidad… pero siempre se le asocia una connotación positiva y agradable; por lo que personas inestables emocionalmente pueden requerirlo más frecuentemente en su día a día. Un ejemplo del color opuesto al azul podría ser el rojo, color elegido por personas muy ambicionas y vitales, tradicionalmente asociado con la pasión, el deseo…. También tiene aspectos negativos porque una gran presencia del color rojo puede alterarnos y proporcionar rabia; por lo tanto llegamos a la conclusión de que no es conveniente para personas que requieran relajarse o poner calma a su vida. Inés Ramos. La zamorana Inmaculada Matilla Fernández lleva más de dos años desarrollando un proyecto de investigación en el Children’s Medical Research Institute de Sidney, donde se estudian principalmente enfermedades genéticas que aparecen en los niños. Inmaculada afirma que nunca pensó en los millones de kilómetros que le separarían de su familia, sino de la gran oportunidad de formar parte de un proyecto totalmente distinto a su anterior experiencia, de conocer gente y un continente nuevo, ampliar su campo de conocimiento y de vivir en una ciudad con múltiples oportunidades.
Cuando acabó su tesis, invirtió mucho tiempo en buscar trabajo aquí en España, pero viendo que la respuesta hacia este esfuerzo era nula, decidió mandar su currículo al extranjero a países como Inglaterra, Francia o Estados Unidos; aunque finalmente decidió a apostar por el proyecto que más le llamaba la atención, a pesar de estar al otro lado del mundo, literalmente, Australia. Su laboratorio se dedica a la investigación para la cura del cáncer. Su proyecto consiste en trabajar con diferentes líneas celulares, unas sanas y otras cancerígenas, y estudiar los mecanismos que desarrollan algunas para sobrevivir al tratamiento y otras morir. Por lo tanto su principal objetivo es encontrar un medicamento que sepa diferenciar los tipos de tumores y dañar solo a las células cancerígenas, sin afectar a las sanas o a tejidos de alrededor. Para Inmaculada no es la primera vez que debe hacer su vida fuera de España, ya que vivió muchos años en Inglaterra donde estudió en el Queen’s Medical Centre de Nottingham y en Boston donde trabajo trabajó en la Harvard Medical School, allí pudo desarrollar su tesis y escribir numerosos artículos completando así su currículo donde figura también su licenciatura en Biología Molecular y Biotecnología por la Universidad de Salamanca y un doctorado en Biomedicina en la Universidad de Cantabria. Aunque está muy feliz en Australia, admite que es muy difícil abrirse un camino en el mundo laboral como extranjera ya que es un sistema restrictivo respecto a la oportunidades de trabajo ya que antepone siempre a los conciudadanos (punto que ve normal y que le gustaría que aplicaran en España) y ponen muchas trabas cuando eres autónomo, aunque, con esto consiguen unos empleados mucho más formados. Haciendo un balance general de su vida, reconoce echar mucho de menos Zamora, aunque venga una vez al año; echa de menos desde los momentos más íntimos con su familia hasta los quinitos en Los Herreros o un paseo hasta la catedral. Carla Peños La app WhatsApp activa el cifrado “end to end” de los mensajes intercambiados por los usuarios de esta aplicación usada ya en todo el mundo.
La célebre aplicación de mensajería instantánea, WhatsApp, ha decidido cifrar sus mensajes y llamadas para que sean completamente inaccesibles a cualquier persona ajena. Este “cifrado de extremo a extremo” consiste en blindar cada mensaje escrito con una llave temporal única que solo puede descifrar cada receptor en su móvil. Es decir, cuando redactamos un mensaje sale del móvil ya cifrado hacia los servidores de WhatsApp y de ahí al destinario, que será el único que pueda acceder al mensaje. También afecta a las llamadas telefónicas que se hagan desde la aplicación. “Nadie puede acceder al contenido de ese mensaje: ni los criminales, ni los hackers ni los regímenes opresivos. Ni siquiera nosotros mismos”, explica Jan Koum, cofundador de WhatsApp, para explicar el calado de la medida. El usuario no tendrá que efectuar ningún cambio en su dispositivo, ya que se realiza de forma automática desde los servidores centrales, aunque para poder disfrutar de esta seguridad los usuarios deberán actualizar la aplicación a la última versión. Rocío Bartual Desde que comenzamos a investigar las inmensidades del espacio, la humanidad ha establecido cientos de teorías e hipótesis, así como leyes científicas. A continuación nos centraremos en los años luz y las posibilidades que abarcan.
Bien es sabido que las distancias entre astros en el universo superan con creces nuestras medidas, por lo que para calcular estas distancias utilizamos el año luz, que, como su propio nombre indica, es el tiempo que la luz tardaría en recorrer el terreno asignado, teniendo en cuenta que la velocidad de la luz es de 299.792.458 metros/segundo. Un ejemplo para explicar este suceso es el Sol, que se encuentra a 149.600.000 kilómetros de la Tierra. Si tomamos esta medida y la pasamos a años luz, se nos indica que la luz de la estrella tarda aproximadamente unos ocho minutos en llegar a nuestro planeta. Esto quiere decir que, en caso de que el Sol explotara, tardaríamos ocho minutos en darnos cuenta. Ahora pongámonos en situación. Imaginemos que hay un planeta A que se encuentra a 600 años luz de la Tierra, y pensemos también que está habitado por seres con una tecnología increíblemente avanzada. Si consiguieran construir un aparato para poder observar la Tierra desde allí, lo que en realidad verían sería nuestro planeta durante la Edad Media. Esto ocurriría porque la luz que está proyectando la Tierra aún no ha llegado del todo a ese planeta, por lo que realmente estarían viendo nuestro pasado. |
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Octubre 2018
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