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esto es un científico en pleno trabajo Sara Ramos, Clara Ruiz Este pequeño loro se llama Obi y trabaja para la Universidad de Stanford, en California. Su tarea consiste en volar –equipado con unas gafas especiales- a través de un campo de luz láser impregnado de partículas minúsculas que se desperdigan a la mínima perturbación. Así, mientras vuela, Obi dibuja de manera muy precisa los vórtices(remolinos) de sustentación de su vuelo. Gracias a este experimento se ha sabido que estos remolinos no son como se creía que eran. Esta información es muy útil para el diseño de drones. David Lentik, uno de los ingenieros para los que Obi trabaja, ya ha creado robots que aletean, practican el despeguen vertical, planean y bajan en picado como los pájaros.
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CONDENADO AL ESCARNIO PÚBLICO Y AL DESTIERRO Sara Ramos y Clara Ruiz Arrancaban la comida de la mano de la gente, destrozaban puestos del mercado, asaltaban viviendas y ¡acosaban a las mujeres! Sus víctimas, vecinos del barrio de Bombay, se sentían impotentes porque los delincuentes eran monos y están protegidos en la India: los langures son la encarnación del dios Hanuman. Capturaron al jefe de la panda. Lo enjaularon, lo ataron y lo expusieron en la calle, como escarnio. Después, el ayuntamiento se lo llevó a la ciudad de Pune. Los monos son un problema serio en Bombay. Estaban allí antes de que se construyera la ciudad y lo invaden todo, incluso las oficinas: también destruyen documentos oficiales. Se ha creado un departamento municipal para ahuyentarlos (a gritos y con tirachinas), pero no es efectivo.
Analizado por primera vez el genoma completo de tres momias egipcias. Miguel Rodriguez Durante décadas, las momias egipcias han negado a los científicos uno de sus mayores encantos. A pesar de la aparente conservación de la piel, extraer ADN de los cuerpos de faraones y nobles que fueron embalsamados ha resultado imposible. El ejemplo más destacado es Tutankamón, cuyo árbol genealógico e historial médico basado en material genético nunca ha sido aceptado por todos los expertos.
Hoy, un equipo de investigadores de Alemania y otros países publica un estudio que puede tener importantes repercusiones en este campo. El trabajo ha analizado 151 momias de la necrópolis de Abusir-El Meleq, en el cauce del Nilo entre El Cairo y Luxor. Los cadáveres pertenecían a personas de clases medias que vivieron entre el Nuevo Reino y el periodo Romano y juntos abarcan 1.300 años de historia de Egipto. Los investigadores han conseguido leer el genoma mitocondrial de 90 momias y analizar parte del genoma nuclear de tres de ellas. Las nuevas técnicas de secuenciación empleadas para leer letra a letra el ADN de las momias permiten realizar análisis similares en momias más antiguas.“Desde hace 30 años, todos los estudios de este tipo se han visto afectados por el problema de la contaminación de las muestras”, nos dice el investigador. Las altas temperaturas, la humedad y los productos usados para embalsamar degradan el ADN hasta el punto de que su extracción con las técnicas convencionales es “improbable”, según el nuevo estudio. Huesos y dientes En tres de las momias, el equipo ha podido analizar 1,2 millones de marcadores genéticos presentes en el genoma nuclear, que compone el grueso de la información genética de cada individuo y que se almacena en el núcleo de cada una de sus células. En cambio, el genoma mitocondrial se encuentra en las mitocondrias. Según Haak, las tres momias eran hombres. Uno de ellos tenía entre 20 y 30 años y no se saben características físicas. De los otros dos se conoce que tenían marcadores genéticos de piel clara, ojos oscuros y eran intolerantes a la lactosa. |
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Octubre 2018
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