ideas y pensamientos personales...
Carla Peños Las personas no estamos acostumbradas a vivir en la incertidumbre, la sociedad nos ha enseñado a querer saber que sigue y cómo vamos. Nos sentimos más seguros cuando disponemos de toda la información, tenemos prevista una situación o controlamos nuestras propias reacciones para que se ajusten a una cuadrícula mental de la que pretendemos no salirnos. El problema sucede si perdemos el control del dibujo en nuestra cuadrícula y caemos en un futuro impensado, entonces llega la frustración y con ella una percepción negativa que nos hará pensar en un fracaso irreal.
Queremos el cien por cien de las certezas para no vivir en la incertidumbre, pero esto no es posible. Un espejismo muy engañoso es creer que podemos controlar las cosas, existen pocas ocasiones que dependan exclusivamente de uno mismo. La vida está llena de cuadrículas desajustadas e inesperadas que tenemos que aprender a aceptar y convivir con ellas. Si no lo hacemos, seremos infelices toda nuestra vida y caeremos en la ignorancia, la cabezonería y la pedantería, todas ellas un compendio de la estupidez humana. Vivir en la incertidumbre no tiene porqué darnos miedo, es una realidad que además de aprender a soportar, deberíamos disfrutar para alcanzar el umbral máximo de felicidad. El camino de una filosofía de vida llena de preguntas y respuestas comienza por atreverse a romper con los planes establecidos; liberarnos de la responsabilidad de controlar todo nos ayudará a sentirnos mejor con nosotros mismos y a la vez con los demás.
0 Comentarios
|
Autores·Padre Benicio Archivos
Mayo 2018
|