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Sucedió la épica. Sucedió lo imposible. Se ha escrito en la noche del miércoles ocho de marzo del 2017 una de las mayores epopeyas del fútbol tanto europeo como mundial.
El partido empezó francamente bien para el Barça, ya que hacía más creíble a la afición culé un gol de Luis Suárez en el minuto 3, en un balón perdido por el área parisina que el “9” consigue peinar. El partido continuaría con un Barça en constante asedio al área parisina, destacando un zapatazo de Neymar desde la central que rozaría el poste y que obligaría a Trapp, portero del PSG, a estirarse. Tras unos diez minutos en donde el Barça no ofrecería ocasiones de peligro a la defensa del conjunto dirigido por Unai Emery, llegaría el segundo gol de la noche en el minuto 42, con un gol de Kurzawa en propia puerta al intentar despejar un balón que metería por el aire Iniesta. Tras el descanso del Camp Nou, el partido volvería calentito ya que Meunier cometería un penalti a Neymar tras resbalarse el jugador parisino y zancadillear a Neymar con su cabeza. Messi transformaría el penalti, poniendo el 3-0 en el marcador y aún más esperanzas en la afición culé, que vería la remontada más y más posible. Pero tras el tercer gol, la defensa del Barcelona empezó a verse en problemas al seguir con tres jugadores solo en defensa y contar un PSG más ofensivo de lo que se había visto el resto del partido. Tras un palo de Cavani y la entrada de Di María en el campo de juego, llegó el gol de Cavani en el minuto 62, gol que haría casi imposible la remontada culé. El PSG seguía con ganas de más y Ter Stegen salva al Barcelona de un 3-2 en un mano a mano con Cavani. El tiempo se iba consumiendo y el Barça se encontraba sin opciones, apurando todas las ocasiones que tenían. Tras intentonas culés y otro mano a mano del PSG, esta vez Di María, salvado por Ter Stegen, llegaría el gol del MVP del partido, de Neymar, con un bonito remate de falta. Era el minuto 89 y faltaban dos goles, por lo que parecía casi imposible. El Camp Nou estaba congelado por el gol de Cavani todavía, pero tras el gol de Neymar se les empezaba a ver un poco más animados. En ese mismo minuto, Luís Suarez pisaría área parisina y, en un claro piscinazo, se deja caer al suelo y pitan penalti. Lo transformaría el mismo Neymar. 5-1. Minuto 90. El Camp Nou se viene arriba. Lo intenta el Barça pero no puede. Llega el minuto 94 y Verratti comete una falta sobre Messi, en la que sube hasta Ter Stegen. Tras ser rechazada, se vuelve a cometer falta, esta vez sobre Ter Stegen, siendo Neymar el encargado de colgarla. El brasileño la cuelga en el área y Sergi Roberto golpea suavemente la pelota y metiéndola en la portería defendida por Trapp. Era el 6-1. Se había obrado el milagro. Lo que nadie nunca había pensado. El F.C.Barcelona había pasado a cuartos de final tras remontar un 4-0 en contra. Dando una visión personal, me parece bastante injusto quitarle méritos al Barcelona por el tema arbitral, ya que una remontada de estas proporciones no surge de un árbitro. Es cierto y como seguidor culé reconozco que el segundo penalti no era y que Suárez mereció la expulsión por esa acción, pero me parece que todo buen amante del fútbol debería alegrarse por el partido que ha visto y vivido, y felicitar a un Barcelona que ha conseguido lo imposible.
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Autor
·Norberto Anero Archivos
Octubre 2018
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Foto utilizada con licencia Creative Commons de Marianne Bevis