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Duelo de titanes en Melbourne
La final de las finales, como se presuponía, entre Rafal Nadal y Roger Federer, se resolvió acorde al cartel, después de un duro y volcánico partido cuyo desenlace terminó con victoria del suizo por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3 en 3 horas y 38 minutos. El partido lo ganó Roger Federer conquistando así su 18º título del Grand Slam, y su quinta corona del Open de Australia. Ganó Roger, el campeón eterno, pero la moneda bien podría haberse decantado del otro lado, porque Rafa Nadal ofreció gran resistencia. Por encima de todo han triunfado el tenis y el deporte, porque no hay mejor efecto que el duelo entre dos titanes.
El partido duró 5 sets en los que en 34 minutos el suizo se adjudicó la primera manga. Dentellada al sexto juego, break y 4-3 a su favor. Una tormenta perfecta; 13 winners para abrir boca. Nadal no terminaba de encontrar su sitio en la pista, sobre todo porque Federer no le dejaba e insistía en jugar muy rápido. A Rafa le costó soltarse,necesitaba bolas largas, sentir la bola. En el segundo set Rafa pidió turno y se marcó uno, solo rompió el servicio una vez y después otra (4-0). Este resultado animó a los más de 15.000 espectadores que presenciaban uno de los clásicos del tenis mundial. El set se animó cuando el suizó intentó reengancharse con una rotura (4-2). Finalmente Nadal se hizo con él con grandes derechas y desplegando su mejor juego. En el tercero Roger Federer vio las orejas al lobo y puso a engrasar la máquina poniéndose 5-1 y finalmente se hizo con el set. Rafa quebró en el tercer juego y definió el cuarto set como si nada. Equilibrio otra vez (dos iguales), así que otra vez vuelta a empezar. El Nadal-Federer arrancaba de nuevo, después de casi tres horas. El suizo solicitó la asistencia médica y se refugió en el vestuario. ¿Qué le ocurría? ¿Estrategia para detener el tiempo? Lenguajes gestuales completamente opuestos. El último set se definió por errores en el que llegaron a estar igualados con 3-3 en el marcador, pero el suizo activó la máquina a base de ace y voleas para ponerse 5-3 arriba y quedar a un solo juego de alzarse con el título. Rafa no se iba rendir, no entra en su diccionario y puso contra las cuerdas al suizo. Finalmente, el partido se resolvió y venció el suizo con una bola a línea, con tensión porque Rafa pidió ojo de halcón, pero este dio razón al suizo y se alzó con el título. En conclusión, Rafa Nadal no pudo ganar el Open de Australia, pero ha competido y ha vuelto a estar en lo más alto del tenis mundial tras sufrir un duro año 2016 cargado de lesiones y derrotas inesperadas. Esta vez no pudo ser, pero si el manacorí sigue así pronto estará alzándose con títulos en esta nueva temporada.
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Autor
·Norberto Anero Archivos
Octubre 2018
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Foto utilizada con licencia Creative Commons de Marianne Bevis