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Diego Braña. The Hateful Eight es una película estadounidense dirigida por el aclamado director Quentin Tarantino, la cual se estrenó en Estados Unidos el 25 de Diciembre de 2015. La película ha conseguido tres nominaciones a los OSCAR, a mejor actriz de reparto, fotografía y música original. Aunque en mi humilde opinión no estaría de más que optase a algún que otro premio, como puede ser el de mejor guión original, el cual, después del trabajo del director por conseguir un argumento y guión muy acordes a la realidad y por llevar dos años con ese argumento en la cabeza, era totalmente justo, al menos la nominación. La película consta de un reparto sobresaliente, en el que destaca, y como no podía ser de otra forma, la excelente actuación de Samuel L. Jackson.
Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar rápidamente al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido en cazarrecompensas de mala reputación, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado sureño que afirma ser el nuevo sheriff del pueblo. Como se aproxima una ventisca, los cuatro se refugian en la Mercería de Minnie, una parada para diligencias de un puerto de montaña. Cuando llegan al local se topan con cuatro rostros desconocidos. Bob (Demian Bichir), que se encuentra allí refugiado junto con Oswaldo Mobray (Tim Roth), verdugo de Red Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen) y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern). Mientras la tormenta cae sobre la parada de montaña, los ocho viajeros descubren que tal vez no lleguen hasta Red Rock después de todo. La película ha sido, en algunos medios, criticada por su larga duración, pero en defensa de esta he de decir que en ningún momento del largometraje muestras un síntoma de aburrimiento, ni siquiera en la primera hora y media, la cual tiene la función de dar a conocer los personajes. Y aunque el final es más digno de una novela de Agatha Christie que de una película de Tarantino, es un final cuidado hasta el más mínimo detalle, plagado de acción y de tensión. La ambientación es simplemente perfecta, tanto el exterior de la Mercería, con un frío que puede palparse desde el otro lado de la pantalla, como en el interior de esta. Y a pesar de que la película no podrá alardear de las nominaciones como lo hace El Renacido, yo me quedo con aquello que he visto, y eso es sobresaliente.
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Octubre 2018
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